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jueves, 8 de diciembre de 2011
Otro crucero por el Mediterráneo (parte II, Livorno, Florencia)
Amanecemos en la costa italiana y voy, por tercera vez en mi vida, a visitar una de mis ciudades favoritas: Florencia.
El barco nos deja en la ciudad de Livorno. Livorno se encuentra a menos de 100km de Florencia, y por su cercanía y su buena ubicación, pasó de ser un pueblecito de pescadores a uno de los puertos más importantes de Italia desde la época renacentista. Livorno sufrió muchísimo en la Segunda Guerra Mundial, sobretodo en la catedral. Es un lugar por el que pasan muchísimas personas, pero que pocas se quedan a ver. Desgraciadamente, nosotros tampoco.
Mis amigos no conocían Florencia, por lo que no podía permitir que no viesen El David de Miguel Ángel en la Galería de la Academia (donde ya comenté en otro post que es imprescindible reservar las entradas con anterioridad), el palacio vecchio o la impresionante catedral de Santa María de las Flores. No subimos al campanille por falta de tiempo, pero les enseñé lo más característico de la ciudad.
La imagen de la foto corresponde a la Galería de los Uffizi, donde también es altamente recomendable comprar las entradas con anterioridad.
También pasamos por la Piazza della Repubblica, una grandísima plaza que acoge el famoso café Le Giubbe Rosse (las chaquetas rojas), un restaurante-cafetería literaria que abrió en 1897 y que sus paredes acogen eventos culturales. Es un lugar peculiar que merece la pena.
Pasear por Florencia es una maravilla, caminar junto al Arno, callejear entre plazas... es una ciudad muy viva. Los adoquines pueden crear algún que otro tropiezo (siempre falta alguno y además las alturas son irregulares), y si va alguien con silla de ruedas que sepa que va a llevar un buen traqueteo durante toda la visita. Y ojo con los resbalones si llueve, que las piedras son traicioneras.
La mayoría de las calles son adoquinadas, el tráfico escaso (incluso nulo en algunas zonas), los monumentos por doquier y el bullicio de la gente hacen de Florencia una ciudad muy especial.
En el centro se encuentra el Instituto Michelangelo de lengua italiana que ofrecen cursos de italiano muy atractivos para los jóvenes y no tan jóvenes. Hay cursos intensivos y cursos de duración mayor. Tiene un gran prestigio a nivel internacional, y también ofrecen cursos de arte (pintura, fotografía y otros), historia del arte y cocina italiana. Puedes coger cursos de dos, tres o cuatro semanas, por lo que son tentadores si se va a pasar allí un mesesito o dos.
A 15km de Florencia se encuentra el pueblo San Casciano Val di Pesa, lugar donde Nicolai Maquiavelo (autor de El Príncipe) se refugió en 1512 por pertenecer a una conspiración contra los Médici. Este pueblo se encuentra en las Colinas de Chianti, famosas porque en su área se elabora el famoso vino que lleva su nombre.
Y de momento nos hemos quedado sin tiempo, mis amigos se han quedado maravillados de esta fabulosa ciudad italiana. Nos comemos unos spaguetti bolognesa, un heladito (imprescindible sea la época del año que sea) y a correr hacia el bus. Se hace tarde, estamos molidos y mañana nos espera el gran día de caminata: Roma.
Así que en el barco disfrutamos de una cena espléndida en el Restaurante Mallorca, un paseo por cubierta para bajar algo la comida y a dormir. A bordo del Grand Mistral, con el balanceo de las olas y el sueño acumulado no tardo nada en caer rendida. Buenas noches, nos vemos mañana.
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