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jueves, 15 de septiembre de 2011
El crucero americano (parte III, Nápoles y Pompeya)
El Norwegian Jewel ya zarpó de Mesina y atraca en el puerto de Nápoles a primerísima hora de la mañana.
Nápoles no tiene la elegancia de Milán, ni la magestuosidad de Roma, ni el encanto de Florencia; pero es una de las ciudades más importantes de Italia y sí que tiene sus cositas buenas.
El puerto de Nápoles está en plena ciudad, por lo que desde el barco puedes visitar la ciudad sin tener que contratar excursiones. Con el plano en el bolso, podemos ver lugares increíbles, que mencionaré más adelante.
Antes de comenzar el tour turístico, hay que saber que el índice de criminalidad en Nápoles es bastante alto debido a la fuerte presencia de la camorra, la mafia italiana. Hay barrios como Scampìa y Secondigliano que se deben evitar en nuestra visita, pero afortunadamente, se encuentran alejados del centro histórico.
Siempre se ha dicho que Nápoles es una ciudad sucia, probablemente porque la camorra controla la gestión de basuras y no disponen de los medios suficientes para soportar los desechos de una ciudad de ese tamaño.
Es una ciudad muy industrial, y el puerto es la gran fuente de ingresos de la ciudad.
En Nápoles la comida es muy buena, aunque no se os ocurra pedir salsa bolognesa en lugar de napolitana, pues... señores, estamos en Nápoles y no en Bologna. Quizá les parece ofensivo, o la camarera que nos atendió tendría un día malo, lo que yo sé es que he pedido un bocadillo catalana en Madrid y nadie me miró mal. En fin, anécdotas que pasan.
El Castel dell'Ovo (Castillo del huevo)en el islote de Megaride está abierto al público. El Castillo Maschio Angioino (Castel Nuovo), el Palacio Real, La catedral de San Genaro, la galería Umberto y la basílica de San Lorenzo Maggiore; son lugares de interés en la ciudad.
En este crucero no visité durante muchas horas la ciudad porque preferimos coger una excursión a Pompeya.
Pompeya fue uno de los primeros pueblos itálicos fundado en el siglo VIII a.C.; por su posición estratégica entre el norte y el sur, y con acceso al mar, fue pronto conquistada por los griegos. Luego la tomaron los etruscos, después los samnios y finalmente el pueblo romano (después pasó a ser una colonia).
Suelto todo esto para que se vea la importancia de Pompeya en la época. Era un gran núcleo económico, industrial y comercial.
En el año 62 a.C Pompeya sufrió un grave terremoto que destrozó la ciudad en su mayor parte. Aún así, Pompeya se rehizo entera, las casas, los comercios, y reconstruyeron y ampliaron sus templos. Pero Pompeya tendría que sufrir todavía su mayor catástrofe y final. En el año 79 d.C. el Vesubio entró en juego, sepultando la ciudad bajo una capa de lava y con una nube de ceniza mortal.
La mayoría de los habitantes murió por asfixia.
Hasta 1860 no se comenzó a excavar de manera correcta, para devolver Pompeya a la vida (aunque sea de modo turístico).
En Pompeya también veremos calcos de personas que murieron en la erupción, hechos con yeso, aprovechando las cavidades de la lava. Son muy impresionantes. Ver a personas (a algunas se les ve claramente la dentadura) en la posición que fallecieron.
Hoy día, aún no han concluido todas las excavaciones, pero ya podemos ver en la ciudad lugares increibles, como el teatro, casas señoriales, el foro, casas de placer (las reconoceréis por los dibujos de las paredes que indicaban las posturas que ofertaban las "señoritas"). También se puede visitar el bar, cuya foto encabeza esta entrada, con los huecos excavados en el mostrador de donde se servían los diferentes vinos.
Y venga, nos marchamos ya para el barco. Que hoy día el Vesubio sigue activo... y nos queda mucho viaje por delante.
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