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lunes, 27 de febrero de 2012

Cinco días en París (parte V, Disneyland París)

Disneyland Paris, París.


Hoy es el último día, así que tenemos que terminar a lo grande. ¿Y qué hay grande en París que tenga un toque mágico para niños y mayores? Pues sí, Disneyland Paris; o como lo conocemos todos los que tenemos unos añitos: Eurodisney.

Para llegar hemos tenido que coger el RER A (tiene múltiples enlaces con el metro) dirección A4. La última parada es el parque de atracciones, así que no tiene pérdida. Lo mejor es consultar los horarios para ver el horario de vuelta a la capital, pero tranquilos. Una vez cerrado el parque, todavía queda algún tren. Aquí tenéis un mapa del RER para que podáis ver qué acceso queda cerca de vuestro hotel.

Antes de entrar al parque Disneyland Paris, el complejo ofrece otro atractivo: el Parque Walt Disney Studios. Por lo visto, según me comentaron porque nosotros no llegamos a entrar, está enfocado a los más pequeños, con muchas actividades, atracciones y vídeos donde disfrutan los renacuajos de la casa. No llevábamos niños, así que supongo que os hablaré de este parque en otra ocasión.

Main street es la calle principal y es la primera visión que tenemos del parque. Allí comienzan los desfiles, las tiendas y se ve el castillo de la Bella Durmiente al fondo, tras el mirador. Al entrar en esta calle nos damos cuenta, hemos entrado en el mundo Disney. Main Street está ambientada simulando un pueblito de 1900, con sus casas victorianas y su heladería famosa: Ice Cream Parlour. También encontraremos un tranvía tirado por caballos y el Discovery Arcade, donde los más pequeños disfrutarán aprendiendo los mejores inventos del siglo XX.

Desde el castillo de la Bella durmiente, centro neurálgico del parque de atracciones, podemos ir a cualquiera de las otras cuatro zonas (cinco si contamos Main Street), que marcan las zonas del parque: Discoveryland, Fantasyland, Adventureland y Frontierland.


Hablemos primero de Discoveryland. Este es el lugar del futuro, de los visionarios, de Buzz Lightyear y de la  famosa atracción Space Mountain, la montaña rusa más espacial. Aquí también está el simulador de Star Wars, donde R2D2 nos dará la bienvenida a bordo de la nave Starspeeder 3000 en el Star Tours. Creo que nos montamos cuatro o cinco veces. :-)

De Discoveryland pasamos a Fantasyland, la zona preferida de los más pequeños y de los amantes de Mickey y los clásicos Disney. Blancanieves paseando con su manzana, la Bella Durmiente en su espectacular castillo, perdernos en el laberinto de Alicia en el País de las maravillas, volar con Peter Pan...

Aquí hacemos un parón para comer y continuar luego. Cogemos el tren que recorre todo el parque para ver dónde comemos. Todo es caro, que a nadie se le ocurra pensar que va a pagar menos de 3 o 4€ por una hamburguesa o un perrito caliente (patatas y bebida no incluidas). También hay restaurantes e incluso un buffet libre bastante elevado de precio. Eso sí, puedes comer hasta reventar. De todas formas, como estamos aquí, un día es un día y no vamos a estar mirando todo el rato la cartera. ¡A comer señores, buen provecho!.

Con los pies ya algo cansados, vamos a Frontierland. A rompernos la espalda (porque podrían haberla puesto más acolchada) y poner a prueba nuestro estómago en la montaña rusa Big Thunder Mountain. A intentar pasar un poquito de miedo (al menos los pequeños) en la Phantom Manor, la mansión fantasma que recorremos a pie.Y a disfrutar de un crucerito por el Lejano Oeste a bordo del Mark Twain.

Seguimos y es momento de concluir la visita pero antes hay que ir a Adventureland para subirse en la super montaña rusa Indiana Jones. Para finalizar, paseamos por la playa pirata y por el barco de Piratas del Caribe.

Tengo los pies reventados. Son casi las doce de la noche y ya no puedo más. A coger el tren de vuelta al hotel que mañana tempranito nos vamos a casa.

Se acabó el guirigueo. Espero que el próximo viaje sea tan intenso como éste.

Sed buenos.




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