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miércoles, 9 de enero de 2013

Cinco días en Amsterdam (parte I, introducción)


centro de Amsterdam, Holanda

Verano de 2010. Tras mirar durante una semana por Internet buscando ofertas de última hora hemos acabado aquí. Amsterdam es la capital de los Países Bajos, aunque sea conocida por otros motivos que son los primeros que se nos vienen a la mente.

El hotel que cogimos estaba genial: Art Hotel Amsterdam, con sus vaquitas en la puerta. Son dos hoteles juntos, uno de 3 y otro de 4 estrellas. No está en el centro, pero pasa por la puerta un autobús cada cinco minutos que te lleva al centro en un cuarto de hora. El hotel es muy moderno, con camas muy cómodas, un desayuno buffet bastante completo y el personal encantador. Todas las habitaciones están decoradas con un cuadro grande, lo que hace la habitación muy acogedora. Tiene piscina, aunque nosotros no fuimos. En general me pareció un buen hotel con relación calidad-precio estupenda. Lo recomiendo.

habitación de Art Hotel Amsterdam

Holanda, no sé si lo recordaréis pero allá por el año 2010 que estamos comentando, fueron subcampeones en el mundial de fútbol que nosotros ganamos (oé, oé, oé, oé...), y tuvimos la puntería de aterrizar el día que lo festejaban, el día que sus jugadores pasarían por los canales y donde las calles eran una marea naranja de personas. Los bares a reventar, el alcohol parecía que lo regalaban y sin embargo, un chaval con la camiseta de Fernando Torres paseando tan tranquilo por el centro sin que nadie le dijese nada. Eso es Amsterdam: paz.

Bueno, hay cositas que debemos saber para viajar a Amsterdam. No hay que cambiar dinero porque utilizan el euro. Su idioma es el holandés pero prácticamente todo el mundo sabe hablar inglés. La máxima es la tolerancia, por lo que lo ha convertido en un sitio respetuoso con la prostitución, la homosexualidad y la marihuana. No es para nada una ciudad peligrosa sino todo lo contrario, allí el lema es "vive y deja vivir", por lo que nadie mira a nadie y si lo juzgan, se lo guardan pa'dentro.

La prostitución la encontramos sobretodo en algunos barrios, destacando el Barrio Rojo. Es uno de los más turísticos y visitados de Amsterdam. Allí están los mejores bares, los mejores coffee shops, y las prostitutas en los escaparates mostrando parte de su "mercancía". Allí nadie te asalta por la calle, la gente va donde quiere sin que le presionen. En el fondo está todo muy controlado.

Amsterdam acepta tanto la homosexualidad que hasta tienen un monumento dedicado a ella: el Homomonument. Bueno, realmente no es un monumento a la homosexualidad, sino a las personas que han sufrido discriminación o vejaciones por culpa de su condición sexual. Un lugar que no hay que dejar de visitar.

Con el tema de la marihuana (hachís y sus derivados) en el 2010 cualquiera podía ir a un coffee shop y comprarla. Tenías que consumirla allí, ya que estaba prohibido fumar marihuana en la calle. En muchos coffee shop era común que no te dejasen fumar tabaco en su local, supongo que para aumentar las ventas. Hablaban de modificar la ley en el 2012 para el 2013, pero finalmente se echaron atrás y todo seguirá como estaba, al menos en Amsterdam.

Seguimos con nuestra introducción a la ciudad, es nuestro primer día y estamos de "vuelta de reconocimiento". Lo primero, ir a la oficina de turismo, cerca de Central Station, donde nos darán mapas y sugerencias de excursiones.  Hemos comprado una excursión para mañana. Vamos a ir a Volendam y a Marken, tiene buena pinta. Así que ya os contaré. Continuamos.

centro de Amsterdam, Holanda


Bicicletas. Si algo hay en Amsterdam son bicicletas. Tienen prioridad absoluta y seguro que te pitarán en algún momento dado si pisas su carril sin querer o al cruzar una calle. Todos van en bicicleta: padres con sus hijos, estudiantes, trabajadores e incluso guiris, porque alquilan bicicletas para pasear por la ciudad. Eso sí, cuidadito que el freno no lo encontrareis en el manillar, se frena girando los pedales hacia atrás. Hay un dicho amsterdamés que dice que el río Amstel (río que recorre por todos lados la ciudad) tiene tres metros de profundidad, donde un metro es de agua, otro de basura y otro de bicicletas.

En fin, el primer día teníamos poco tiempo aunque al menos ya tenemos una pequeña idea de la ciudad. Pero tendremos que ir a cenar antes de ir para el hotel... En la calle Damrak, que va desde la estación Central hasta la plaza Dam (dos puntos de interés turísticos importantes) se encuentran mil restaurantes por metro cuadrado, y sí, aunque esté exagerando un poco hay comida para todos los gustos, desde un McDonalds a una Braserie pasando por comida oriental, italiana... ¡Qué hambre!

Os dejo, que hoy no da tiempo para más. El avión, el taxi al hotel, el autobús al centro, a la oficina de turismo, a la calle Damrak a cenar, a ver un poquito la plaza Dam y para el hotel. Mañana más.